María Rivarola Oneto es una paraguaya extraña. Vive desde hace 20 años en el extranjero, por países isleños como Inglaterra, Filipinas o Indonesia. De un país mediterráneo, se dedica desde hace poco tiempo atrás, junto a su marido Michael McEvoy, a la fotografía submarina.

 

Y le va muy bien, pues juntos ganaron numerosos e importantes premios.

El día que marcamos la entrevista, un martes, junto con su hermana Ana, había fundado, con otras tres mujeres más, una suerte de sociedad vegetariana del Paraguay. Justamente en el país que por tradición e historia la carne vacuna es famosa, donde la ganadería es mejor cuidada y ocupa las mejores tierras del país que los seres humanos, donde se busca exportar con cuota Hilton, ellas lucharán para que no se consuma carne. Solo vegetales.

De gran sentido del humor y mejor predisposición para comentar cómo es esto de la fotografía submarina, nos dice que todo comenzó hace 8 años, cuando ni siquiera sabía hacer snorkel.

Con paciencia nos explica que Yakarta, Indonesia, donde vive, es el centro mundial de la diversidad marina, porque los buceadores pueden observar y –quienes tengan la habilidad de hacerlo–, fotografiar las especies marinas, los corales más increíbles.

También explica cómo se debe hacer una buena fotografía bajo el agua, de los requerimientos técnicos y cuidado tanto para la vida marina como la del buceador.

Demasiada información para un isleño paraguayito.