El sector de las pesquerías de cultivo abre sus puertas a los profesionales del mar cualificados. Cultivius, empresa dedicada a la comercialización de calidad del Rodaballo es un ejemplo.
El mercado laboral ha hecho del mar un espacio rentable económicamente en numerosos aspectos. Son cada vez más las profesiones vinculadas al mundo submarino, y no únicamente la pesca en alta mar. Entre ellas destacan los buceadores o profesionales del buceo, que son cada vez más demandados.
El buceo, en sus múltiples variantes y especialidades, es un oficio que entraña riesgos y mucha preparación, pero la demanda de especialistas es cada vez mayor. Por un lado, las especializaciones en seguridad y defensa marina generan profesionales del Servicio de Vigilancia Aduanera, de los GEAS (Grupo Especial de Actividades Subacuáticas), de la Policía Nacional o Autónoma, de los bomberos y también de Salvamento Marítimo o especialistas en medicina del buceo.
En el ámbito del deporte está la pesca submarina, el buceo deportivo y la natación con aletas, entre otras. Por otro lado, en el sector industrial encontramos profesionales, entre otros, del corte con broco, del manejo de dragas de fondos, de herramientas hidráulicas, colocación de anclajes químicos, robótica submarina, control y mantenimiento de maquinaria de buques, o el sector de las pesquerías de cultivo submarino, entre otras especialidades. Precisamente, la primera empresa de capital español que consigue industrializar el proceso del cultivo del rodaballo en mar abierto, Cultivius, cuenta en su plantilla con un amplio equipo de buceadores profesionales sin el cual no habría logrado desarrollar su ambicioso y exitoso proyecto empresarial.
Rodaballo todo el año
Cultivius es una empresa dedicada al engorde y comercialización de especies de peces planos en mar abierto y a 30 metros de profundidad. Actualmente su cultivo está centrado en el rodaballo, una especie que siempre se había criado en piscinas instaladas en tierra. Cultivius ha diseñado un proceso productivo único a nivel mundial. Biólogos e ingenieros han lleva do a cabo un diseño tecno lógicamente avanzado de las jaulas, capaces de resistir las condiciones del fondo marino. Estas, junto con un innovador sistema de alimentación, sitúan el sistema productivo de Cultivius como referencia del cultivo de especies planas en mar abierto.
Eduard Jarque, uno de los socios de la compañía, explica los requerimientos de los profesionales del buceo para realizar este tipo de trabajo. «Aunque se trata de una forma de trabajo artesanal, necesitamos de un buceador profesional específico, capaz de desempeñar operaciones complejas y bien planificadas de antemano desde la superficie. Las elevadas exigencias de la profesión de buzo debido a la fuerte capacidad de riesgo con la que han de contar los individuos, convierte en esencial para este trabajo el control de la respiración en función de la profundidad y el dominio de las técnicas necesarias para los trabajos a esta profundidad en condiciones muchas veces bastante adversas, con escasa visibilidad o bajas temperaturas. Es muy importante que todas las operaciones estén perfectamente planificadas, que todo el personal conozca su función en cada maniobra y plantear las operaciones de forma que puedan ser abortadas rápidamente en el momento en que alguno de los buzos tenga el menor problema».
Para ser buzo profesional no existe una edad mínima o requisito específico siempre y cuando el médico especializado en medicina hiperbárica indique que el aspirante está cualificado, ya que las circunstancias totalmente hostiles a la propia fisiología de nuestro organismo obligan a reunir unas condiciones óptimas de salud, por lo que se necesita de una preparación muy específica.
El buceo, en sus múltiples variantes y especialidades, es un oficio que entraña riesgos y mucha preparación, pero la demanda de especialistas es cada vez mayor. Por un lado, las especializaciones en seguridad y defensa marina generan profesionales del Servicio de Vigilancia Aduanera, de los GEAS (Grupo Especial de Actividades Subacuáticas), de la Policía Nacional o Autónoma, de los bomberos y también de Salvamento Marítimo o especialistas en medicina del buceo.
En el ámbito del deporte está la pesca submarina, el buceo deportivo y la natación con aletas, entre otras. Por otro lado, en el sector industrial encontramos profesionales, entre otros, del corte con broco, del manejo de dragas de fondos, de herramientas hidráulicas, colocación de anclajes químicos, robótica submarina, control y mantenimiento de maquinaria de buques, o el sector de las pesquerías de cultivo submarino, entre otras especialidades. Precisamente, la primera empresa de capital español que consigue industrializar el proceso del cultivo del rodaballo en mar abierto, Cultivius, cuenta en su plantilla con un amplio equipo de buceadores profesionales sin el cual no habría logrado desarrollar su ambicioso y exitoso proyecto empresarial.
Rodaballo todo el año
Cultivius es una empresa dedicada al engorde y comercialización de especies de peces planos en mar abierto y a 30 metros de profundidad. Actualmente su cultivo está centrado en el rodaballo, una especie que siempre se había criado en piscinas instaladas en tierra. Cultivius ha diseñado un proceso productivo único a nivel mundial. Biólogos e ingenieros han lleva do a cabo un diseño tecno lógicamente avanzado de las jaulas, capaces de resistir las condiciones del fondo marino. Estas, junto con un innovador sistema de alimentación, sitúan el sistema productivo de Cultivius como referencia del cultivo de especies planas en mar abierto.
Eduard Jarque, uno de los socios de la compañía, explica los requerimientos de los profesionales del buceo para realizar este tipo de trabajo. «Aunque se trata de una forma de trabajo artesanal, necesitamos de un buceador profesional específico, capaz de desempeñar operaciones complejas y bien planificadas de antemano desde la superficie. Las elevadas exigencias de la profesión de buzo debido a la fuerte capacidad de riesgo con la que han de contar los individuos, convierte en esencial para este trabajo el control de la respiración en función de la profundidad y el dominio de las técnicas necesarias para los trabajos a esta profundidad en condiciones muchas veces bastante adversas, con escasa visibilidad o bajas temperaturas. Es muy importante que todas las operaciones estén perfectamente planificadas, que todo el personal conozca su función en cada maniobra y plantear las operaciones de forma que puedan ser abortadas rápidamente en el momento en que alguno de los buzos tenga el menor problema».
Para ser buzo profesional no existe una edad mínima o requisito específico siempre y cuando el médico especializado en medicina hiperbárica indique que el aspirante está cualificado, ya que las circunstancias totalmente hostiles a la propia fisiología de nuestro organismo obligan a reunir unas condiciones óptimas de salud, por lo que se necesita de una preparación muy específica.