Pescar en la rompiente
Escrito por René   
jueves, 20 de septiembre de 2007

 La pesca en la rompiente consiste en pescar allí donde rompen las olas, persiguiendo sorprender a los peces que en ese momento están alimentándose.

 

 

 

 

 

PESCAR EN LA ROMPIENTE

 
   
  
En esta zona de rompiente se encuentran mejillones, percebes y otros crustáceos susceptibles del apetito de peces como el sargo, la dorada etc. No es un tipo de pesca fácil de esquematizar, y comprenderlo pasa sobre todo por su práctica, que es siempre la mejor de aprender. Observar probar y sacar conclusiones es la base para obtener cada vez mejores resultados.
  SARGO  
     
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      En el Cantábrico, por ejemplo, las aguas suelen estar casi siempre batidas, y con zonas de rompientes. Esta zona es la llamada zona intermareal, es decir, las zonas rocosas que quedan cubiertas en la pleamar y emergen en la bajamar. Es ahí donde las olas baten con más violencia y por ello el peligro está en relativa presencia.

    La técnica más básica consiste en sumergirse unos metros antes de la zona escogida, acechar pegados al fondo y ascender por la pared de la roca para sorprender a los peces que se alimentan allí. Visto de esa manera puede parecer fácil, pero nada más lejos de la realidad, se trata de una técnica que requiere una forma física excepcional para su práctica con una mínima seguridad.
 Primeramente hay que escoger el lugar donde creemos que habrá peces. Esto es un 20% conocimiento y un 80% intuición.
       Después pasamos a zambullirnos unos metros antes con el fin de no poner en alerta al pescado, acechar por el fondo soportando la corriente que nos arrastrará, subir por la pared, ver que efectivamente el lugar ha sido buena elección, disparar entre la espuma, recoger la pieza en caso de acierto y retirarse por el fondo para no ahuyentar al resto de congéneres. Es importante también no sacar la cabeza en plena rompiente, por el riesgo que ello conlleva como cualquiera se puede imaginar. Visto así ¿cambia la cosa verdad?
 
  UN ESCENARO PROPICIO
 
     
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      Bueno, pues ni uno ni otro, no es tan fácil como antes creías ni tan utópico como te podrá parecer ahora. Analizando la técnica paso a paso, llegaremos a un compendio entre ambas posturas.

    El tipo de peces perseguidos en esta técnica son, principalmente sargos, lubinas y algunos lábridos como la maragota y los botones, aunque estos últimos no suelen ser objetivo de esta pesca, pues abundan también por otro tipo de zonas.

    Los sargos suelen encontrarse pastando cerca de la superficie, pero fuera del remolino que genera la ola al romper, son peces que soportan bien los flujos de corriente y entran con la ola para arrancar y triturar mejillones y otros crustaceos. Es en ese momento donde son más vulnerables.

Las lubinas de gran porte se hallan al acecho entre la espuma para abalanzarse sobre algún pequeño pez al que la corriente pone en apuros, y los lábridos se encuentran en una zona inferior a la de los sargos, ya que esta está afectada en menor medida por la corriente pero también contiene una buena aportación de nutrientes.

   El lugar donde debemos picar hacia el fondo depende fundamentalmente de dos factores. En un agua turbia podremos sumergirnos más cerca de la rompiente que con el agua clara, pues no nos verán con tanta facilidad, el oleaje afecta también a esta distancia, pues con oleaje fuerte habrá más ruido y turbulencia por lo que podremos acercarnos más al pescado, no obstante también depende en gran medida del nivel de nuestra apnea.   
 
  PREPARÁNDOSE
 
     
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     Llega el momento de ascender por la pared hasta el lugar que nos permita un disparo certero. Hemos de hacerlo de forma sigilosa para no poner en alerta nuestro objetivo, el ansiado pez. Una vez situados dispararemos a la menor oportunidad, ya que puede que no haya otra. Llegado a ese punto lo recomendable es sacar la pieza deslizándonos de nuevo por el fondo por dos razones. La primera es que si emergimos en ese mismo lugar el resto de piezas huirá sin remedio, y el segundo es que tal vez una ola nos arrastre contra la pared y además de dejarnos de calcamonía en ella volveremos al punto uno, es decir, el pescado se escapará.

    Ahora es más fácil comprender el porque de una buena forma física, pues el aleteo para luchar contra la corriente ha de ser continuo y poderoso durante todo el acto de pesca y las apneas se suelen prolongar en un tiempo considerable.

   Por último pero no por ello menos importante es momento de hablar de los peligros de esta modalidad de pesca.
    Es seguro que habrás oído hablar de gente que pesca en la rompiente unas chopas y unas lubinas de espanto, resulta atrayente ¿verdad?... mucha prudencia amigo, desde mi escasa experiencia en esta modalidad de pesca cuento con un susto bastante grande. Acechando una zona de rompiente me zambullí a unos 15 metros de la pared, subí por ella vi la inconfundible silueta de un sargo, ralenticé el aleteo y me aproximé despacio, pero un ruido del pasapeces al chocar contra la roca lo puso en huida, así que ante la desilusión me propuse ascender ya que mi apnea tocaba fin. En los últimos metros sentí un ruido atronador, saqué la cabeza y vi un torbellino de espuma que me arrastró y me estrelló contra la pared dejándome abobado. Pero otra del mismo talante me sepulto hacia el fondo, dándome un sinfín de volteretas, haciéndome perder la orientación y golpeándome contra todo lo que a mi alrededor se encontraba. Traté desesperadamente de ascender pues casi no tenía aire, pero no encontraba la superficie y me golpeaba contra la roca una y otra vez. Casi sin aire me creí por acabado, pero no se como ni porque logré encontrar la verticalidad y una bocanada de aire inundó de nuevo mis pulmones regalándome ese don tan preciado que es la vida.

    Con esto no quiero asustar a nadie, pero si alertar de que no se trata de meterse allá donde más bate la mar, sé prudente y si estás empezando hazlo con pequeños espumeros para luego ir ganando en confianza y sabiduría que harán posible que experimentes en otros de mayor dificultad.

Buena pesca amigos.....